Con cinco minutos de retraso, sobre la hora prevista, empezó el muy esperado encuentro futbolístico entre los dos eternos rivales, leamos Barcelona-Real Madrid.
No tardaron en ponerse de manifiesto las intenciones de ambos contendientes, que no eran otras mas que las de ganar el encuentro para conseguir sus fines, los de cada uno, que nos ahorraremos cuales eran por ser del dominio público.
El principio el empuje del Barcelona estuvo en las botas de todo el equipo y dieron origen a que nuestro buen Casillas se ludiera en paradas de mérito para empezar a lavar sus recientes mediocres actuaciones.
Durante toda la primera parte, fue notorio el acoso a la puerta del mencionado casillas por parte de la delantera del Barcelona que no se tradujo en goles porque tampoco la defensa del Madrid era manca.
Las ocasiones de gol ante la puerta de Víctor Valdés tampoco faltaron y un tiro de Ramos estuvo a punto de colarse por el ángulo izquierdo de su puerta; aún señalaremos otro ataque que tuvo a Raúl de protagonista y que mereció el premio del gol.
La segunda parte más de lo mismo y cuando empezaba a pensarse que un empate final sin goles resultaría justo, hete aquí que el “refere” señaló implacable un penalti, para mi inexistente, o cuando menos no tan contundente como se representó. Se echaron las campanas al vuelo por una parte y por la otra la consternación más amarga.
Con la brillante parada de Casillas volvieron las aguas a su cauce, renaciendo la visión del empate final; pero fue un espejismo, ahí estaba nuestro buen Etto ó que, como el que no quiere la cosa, deslizó el balón en el interior de la portería de Casillas con entrada suave y sin rotura de malla.
El temor del Barcelona y las esperanzas del Madrid en lo que a empate se refiere quedó aparcado y para asegurar eso aun y a poco del final otro balón, el mismo, se introdujo nuevamente en la portería de casillas.
Final dos-cero para los propietarios del terreno que le sitúa a considerable distancia de sus perseguidores y a un tiro de ballesta del alirón en la victoria final.
Bolggero Invitado: Avi.
No tardaron en ponerse de manifiesto las intenciones de ambos contendientes, que no eran otras mas que las de ganar el encuentro para conseguir sus fines, los de cada uno, que nos ahorraremos cuales eran por ser del dominio público.
El principio el empuje del Barcelona estuvo en las botas de todo el equipo y dieron origen a que nuestro buen Casillas se ludiera en paradas de mérito para empezar a lavar sus recientes mediocres actuaciones.
Durante toda la primera parte, fue notorio el acoso a la puerta del mencionado casillas por parte de la delantera del Barcelona que no se tradujo en goles porque tampoco la defensa del Madrid era manca.
Las ocasiones de gol ante la puerta de Víctor Valdés tampoco faltaron y un tiro de Ramos estuvo a punto de colarse por el ángulo izquierdo de su puerta; aún señalaremos otro ataque que tuvo a Raúl de protagonista y que mereció el premio del gol.
La segunda parte más de lo mismo y cuando empezaba a pensarse que un empate final sin goles resultaría justo, hete aquí que el “refere” señaló implacable un penalti, para mi inexistente, o cuando menos no tan contundente como se representó. Se echaron las campanas al vuelo por una parte y por la otra la consternación más amarga.
Con la brillante parada de Casillas volvieron las aguas a su cauce, renaciendo la visión del empate final; pero fue un espejismo, ahí estaba nuestro buen Etto ó que, como el que no quiere la cosa, deslizó el balón en el interior de la portería de Casillas con entrada suave y sin rotura de malla.
El temor del Barcelona y las esperanzas del Madrid en lo que a empate se refiere quedó aparcado y para asegurar eso aun y a poco del final otro balón, el mismo, se introdujo nuevamente en la portería de casillas.
Final dos-cero para los propietarios del terreno que le sitúa a considerable distancia de sus perseguidores y a un tiro de ballesta del alirón en la victoria final.
Bolggero Invitado: Avi.
